En nuestro concepto de la arquitectura es importante crear edificios que cumplan los deseos del promotor y que a la vez impulsen el desarrollo de las personas que los habitan y colaboren a formar núcleos de población con personalidad propia.
El entorno habitable que crea la Arquitectura tiene una fuerte influencia psicológica en el indivíduo, especialmente intensa durante su formación. Es responsabilidad del arquitecto adecuarse a la cultura del usuario y crear entornos que colaboren a su desarrollo personal, tanto en su vivienda como en su lugar de trabajo o su ocio.
El arquitecto debe diseñar con los más avanzados conceptos de modernidad, procurando reforzar -e incluso en ocasiones crear- las características arquitectónicas que son la identidad propia de una ciudad o de una nación. El edificio escultórico aislado resultará más atractivo, más rotundo, cuando contraste con un entorno con personalidad uniforme y escala humana.
El arquitecto debe estudiar en profundidad las necesidades y limitaciones propuestas por el promotor. Discutido el programa, debe ofrecer una respuesta que incorpore las tecnologías más avanzadas, el respeto al medio ambiente y la limitación de consumo de energía a una edificación con escala humana capaz de permitir el desarrollo del indivíduo y fortalecer la identidad del entorno.